Emoción
Como diría mi amiga Pilar Correa: ”¿Pero qué me están contando?”
Acabo de leer el artículo de un supuesto especialista que nos descubre el concepto de “Márketing emocional”, y no puedo evitar partirme de risa.
¡Márketing emocional! Dice el muy desvergonzado haber descubierto... Es que no doy crédito...
¿Tan poca imaginación existe en alguna cabeza pensante como para escribir de cualquier estupidez sin miedo al ridículo?
¿Existe alguna modalidad, ni que sea una sola, que no tenga en cuenta las emociones a la hora de conducir una intención de consumo o incluso a veces veneración a la propia compra?
Revisemos:
Marketing relacional: El universo del mimo... Emociones.
Marketing neurológico: El mundo del cerebro... Emociones.
Street-Marketing: El paraiso total de la sorpresa... Emociones.
Marketing viral: El entorno de la multiplicación por afinidad... Emociones.
Marketing del boca a boca: La grandeza de la prescripción conocida... Emociones.
Marketing directo: La eliminación de los medios para llegar a un trato más personal... Emociones.
Hasta el Mobile-marketing o Marketing online utiliza en fondo y forma aspectos emocionales como el color, las formas o el diseño... Emociones.
Y leo al erudito, y quedo absolutamente perplejo: “Sabemos que para se produzca la venta, el cliente ha de sentir interés y deseo, y eso lo provocan las emociones”...
¿Lo dice de verdad en serio? ¡Nos ha jodido!
¿Vamos a hablar seriamente?
Des de que el mundo es mundo, el marketing ha estado presente y no es otra cosa que las técnicas de seducción en base a estímulos conscientes y/o inconscientes, en un entorno, cultura o civilización determinada con el objetivo de alcanzar, colocar, intercambiar o vender lo que sea. Desde el ser más primitivo de la prehistoria que se mostraba como el más fuerte y feroz para ser obedecido y venerado por su tribu (sin haberlo, a veces, demostrado), a la más sofisticada campaña de neuromarketing de Starbucks del mes pasado en la Diagonal de Barcelona, siempre se ha apelado a las emociones del ser humano para conducir un posicionamiento.
Poco más quiero añadir hoy.
Mientras nos rijan en la cabecita las neuronas y no los micro-chips, el marketing tendrá componentes emocionales en mayor o menor medida, e incluso en el mundo de la robótica existirán, ya que ese micro-chip aunque sea de forma infinitesimal, contendrá lo que su creador, con su cerebro, ha diseñado.
Marketing emocional, dice haber descubierto... Será bestia!
Palabra de galeno