diumenge, 13 d’abril del 2014

A 17 DIAS DEL CIELO

                                                                                         A 17 dias del cielo
 
La mayoría de nosotros llegaremos al día final aceptando que “fuimos tirando”.
Pocos, una rara minoría tendrá el viaje al cielo realmente en sus manos, mientras la desdichada mayoría lo haremos avanzando en la mediocridad de la inercia vital…
Si detectas una de estas tres situaciones, estate atento:
-       Enfrentarte a iniciar un proyecto de emprendeduría
-       Enfrentarte a un consejo de administración defendiendo un proyecto que cambie la visión, la misión y valores de una empresa para su supervivencia.
-       Enfrentarte a ti mismo, escuchando contra todo y contra todos, tu verdad.
Dedicado a ti, que quieres emprender, y quieres acertar en tu proyecto o tu negocio… 
Sin olvidar que no hay mayor proyecto que una vida, ni mejor negocio que ser feliz.
Ante todo, un proyecto debe ser compartido. Siempre resultará más rico, completo y ambicioso desde su creación, su recreación y posterior disfrute.
Quererse mucho a uno mismo está bien, pero vigila, los mayores proyectos no son personales, por mucho que nos vendan las nuevas corrientes filosóficas, que particularmente me parecen mezquinas y ególatras, y tienden en demasiados casos a la soledad final con añoradas y tardías miradas hacia atrás.
Pocas veces un proyecto realmente rico nace del individualismo.
Todo aquello que va a valer la pena vivir de verdad, va a ser compartido, y no solo eso, si no que el hecho de que lo sea multiplica las posibilidades de llegar al destino, ya que la posibilidad de desistir y abandonar se multiplican por 3 si no cuentas con otra mano que te frene cuando toca reflexionar o te empuje cuando te flaqueen las piernas.
La estación de salida es LA MADURACIÓN y el tiempo de maduración es simple: El justo!
Es ese período necesario antes de lanzar públicamente tu proyecto al infinito del entorno y al veredicto de la crítica o el alago.
Por un lado, con la impaciencia, estará verde y te expones a fracasar en la acidez de las prisas. Por otro, si tardas, con la indecisión, el miedo o la inseguridad, lo expones a una maduración excesiva y lo habrás podrido, estando ya muy lejos de la perfección.
Delante te espera un viaje de 17 días tan apasionantes como complicados, un viaje reservado a privilegiados. Una mayoría no tendrá valor para iniciar ese viaje, y de las que lo hagan muchas caerán absortas y vencidas en el camino de maduración
Si eres cabal y encuentras ese proyecto en ese momento justo, iniciarás ese viaje de 17 días, solo 17…
17 días de distancia para tocar el cielo, para vivir tu sueño, para mecerte en tu obra… Pero serán 17 días duros para llegar a la estación de tu ilusión., pero son solo 17 días, y piensa entonces que si te echas atrás, toda dificultad eludida será una losa en tu vida.
Solamente 3 estaciones te separarán de tu objetivo.
EL RECHAZO
Lo puedes padecer y  lo debes aceptar como una etapa normal. Tu entorno no tiene por qué conocer la intimidad de tu trabajo, de tu esfuerzo y del corazón depositado.
Piensa que todo cuanto rechacen es lo que más deberás mimar ya que será la esencia misma de tu verdad, y debes agarrarte a ella tenazmente ya que esa verdad solo tuya, acabará siendo la verdad alabada o envidiada por los que entonces la rechazaron.
LA INCOMPRENSIÓN
Se aceptará lo anterior, aún ni comprendido ni mucho menos aplaudido, pero habrás pasado la criba del rechazo.
Piensa que la incomprensión no es la imposibilidad de comprender, si no la imposibilidad de sentir tu sentir. Te taladrarán en argumentos basados en la razón sin entender que el corazón tiene razones que la razón ignora.
LA ACEPTACIÓN
Estás a punto de llegar, el brillo de tus ojos será contagioso y cuantos dudaban del “qué” empezarán a creer en el “quién”. Te convertirás en ejemplar, y quién te aprecie y quien te quiera reconocerá cuan equivocado estaba y percibirá entonces la fuerza de tu fuerza, porque no gana quien tiene que ganar, si no quien quiere realmente ganar.
Y allí estarás, tocando el cielo en el que creíste, y demostrando al mundo que no hacen falta artilugios voladores para llegar a él.
Demostrarás que unas zapatillas son suficientes si defiendes la verdad con dignidad y con pasión.
Pocos llegarán. Muy pocos…
Y no te engañes, es imposible llegar a tocar el cielo sin atravesar antes los nubarrones.
Palabra de galeno