La perversión de un resultado
He realizado la tutoría integral de un grupo de alumnos en un complejo proyecto final, en el Master en comunicación de empresas de un prestigioso centro de negocios y enseñanzas avanzadas.
No soy persona de tomarme a la ligera mis compromisos, y de las 4 horas que el centro de negocios tenía a bien pagar al tutor por ese cometido, uno, que es como es, decidió invertir más de 20, que es lo que me pidió el cuerpo y he considerado adecuado para ayudarles en su objetivo final, y estoy satisfecho que así fuera.
Hoy los miembros del grupo, después de 6 meses ya no son el grupo A, son 4 amigos: Dani, Katha, Ana y Esther, y mis 4 amigos están “tocados”.
Un tribunal, en 45 minutos de escucha, ha decidido valorar sus cientos de horas de trabajo, su tesón, su análisis, su esfuerzo y, por qué no decirlo, su talento... Con un 7.5 sobre 10 y ellos consideran que es poco.
Poco, mucho... ¿Respecto a qué...? ¿A quién...?
Y en realidad, ¿que carajo importa?
Se invierten unos miles de euros para realizar un Master con el objetivo de ser al final un mejor profesional, de estar más preparado en la jungla de la competitividad, de adquirir unas enseñanzas, de establecer unos contactos, en definitiva, de crecer personal y profesionalmente.
En este contexto, ¿que importancia puede tener el valor numérico que den unas personas que probablemente ni han tenido tiempo en 45 minutos, de entender la esencia de lo expuesto?
Al 7.5 obtenido, yo os pongo, queridos amigos, un 2.5 complementario con lo que alcanzáis un 10 absoluto.
1 punto por resultar encantadores, luchadores, equilibrados, dulces y brillantes.
1 punto porque puedo gritar en voz alta que hoy tengo 4 amigos más que hace un año, y de los de verdad.
Y un 0.5 adicional por haberme soportado, por haberos adaptado a mis cambios horarios constantes y haber aceptado no recibir toda la información necesaria, con lo que habéis tenido que hacer un esfuerzo extra para llegar a la excelencia final.
No demonicéis a los puntuadores, son mortales y probablemente han sido especialmente duros, ya que se tiende a exigir a quien posee talento y brillantez, mientras que se suele proteger al desvalido, y vosotros, desde el primer día habéis demostrado ser absolutamente autosuficientes.
Tal vez demasiado...
Palabra de galeno