divendres, 6 de setembre del 2013

TRATÁNDONOS COMO IMBÉCILES






                                                                                                 Gareth Bale

Más intrusismo, más estupidez, más perplejidad.

Hoy me centraré en el reciente fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid.
Por qué se empeñan periodistas de todos los ámbitos y medios, a opinar si es negocio o no pagar 101 millones € por la contratación del delantero galés, si no tienen ni puñetera idea de marketing?
¿Opinan acaso de si una intervención quirúrgica a un crack, es o no apropiada o necesaria?
De hecho, ni el mismísimo Florentino sabe hoy si eso va a ser o no negocio, por que al final dependerá de si la puñetera pelotita consigue sobrepasar la linea que defiende obsesivamente Victor Valdés.
En términos cuantitativos, para llegar a amortizar tal escalofriante cifra y una vez hecho el apunte fundamental de que todo depende del éxito coral del equipo primero y particular del jugador en segundo término, es frecuente escuchar la estupidez de cifrar el retorno en base a la venta de camisetas.
Para amortizar de forma directa 101M, deberían vendrese no menos de 6.000.000 de zamarras y también esa cifra tiene trampa.
Les explico:
Un aficionado merengue decide finalmente gastarse los 90€ que cuesta la camiseta blanca, llegados a ese punto, es fácil preveer (si no resulta un petardo, que está por ver...) que una cifra preferencial elegirá poner “Bale” en el dorso, por ser el último en aterrizar.
Bien.
¿Qué ocurriría si Bale no hubiese llegado? Que la inmensa mayoría de esos aficionados que desean la camiseta de su equipo, hubiesen escogido otro nombre para decorar la camiseta, pero ésta, se hubiese vendido igualmente.
Siendo el nombre “Bale” un estímulo para la venta...
¿Existen 6.000.000 de aficionados que solo la comprarán si pone “Bale” en la espalda? Ahí el argumento comercial no es que se complique, es que se autodestruye solo!
¿Me siguen?
¿Como conseguir entonces amortizar tal descalabro?
Abriendo a partir de un referente culturalmente diferente, nuevos mercados.
En caso de funcionar (eso es fundamental y, hoy, una incógnita) Gareth Bale calará especialmente en mercados donde los referentes anglo-sajones resulten fundamentales para el consumo: Asia meridional, Australia, New Zealand, South Africa, Norte América...
La ventaja es que, de triunfar y ganar títulos, se consumirá “Real Madrid” en sentido amplio y universal, y ahí es donde comienza de verdad el negocio.
Sobre el Tata Martino y su aseveración de que tal cifra es un insulto a la humanidad que pasa hambre, decirle que se deje de demagogias, que cada cual haga con su dinero las inversiones que quiera, y que lo que sí puede resultar un insulto es presentar una defensa de pitufos ante los imponentes atletas que están a punto de asaltar el santuario azulgrana.
Pero ya se sabe, también Gargamel es muy grandote y son los pitufos los que le llevan por el camino de la amargura...
Al tiempo.
Palabra de galeno