Vicepresident del Club de Marketing de Barcelona, articulista i conferenciant. Sacsejador Mass Media
divendres, 18 de març del 2011
ANGUSTIA
Angustia y tristeza perfectamente descrita en la novela "À demain" que básicamente, narra la lucha de Ferdinand, un profesional del márketing que ve como su compañía puede desmoronarse por una imparable metástasis de un conformismo y una crisis de desidia, que empieza combatiendo y acaba aniquilando cualquier célula de ilusión que aparezca en la organización.
Nuestro protagonista no desfallece pero pronto descubre que la enfermedad no quiere ser percibida ni por la dirección general, ni lógicamente por sus habituales palmeros, con lo que al no ser reconocida, se impide cualquier iniciativa que combata un mal que según ellos solo está en el imaginario de algunas mentes contrarias o al bien general (Dios! que incongruencia...) o directamente a la propia empresa.
Pero Ferdinand ama su profesión y su empresa, y celoso de su responsabilidad y su profesión, insiste, no desfallece, y pone sobre la mesa soluciones y remedios que son acogidos como satánicos, siendo una y otra vez vapuleado hasta ser tildado de haberse convertido en un ser conflictivo, transgresor y contrario al "buen andar" de la institución. Las capas medias y bajas lo perciben como el posible redentor del hastío reinante, lo animan y en lo encorajan, mientras desde arriba se le mantiene en la mira telescópica de la acusación y la desconfianza por ser independiente, íntegro y luchador.
De nada le vale presentar proyectos, desgañitarse, poner ejemplos o remitirse a otras compañías que han mejorado sus índices de salud laboral a partir de planes similares. De nada le sirve demostrar que no solo puede ayudar a mejorar resultados, si no que se puede aspirar a minimizar y acabar aniquilando una crisis optimizando el recurso más preciado de una empresa: Sus trabajadores.
Habitualmente, el márketing se entiende y se aplica en sentido exterior, es decir de dentro hacia afuera. Ahí no hay mayor conflicto y quien más quien menos acepta la necesidad de la mercadotecnia. El problema es si vas más allá, y Ferdinand osado él, no es que tenga el capricho de ir, es que ve la imperiosa necesidad de traspasar la frontera.
¿Conseguirá Ferdinand su propósito? ¿Llegará a ser atendido para aplicar las habituales técnicas de marketing "hacia afuera" pero en sentido opuesto, es decir hacia la propia organización?
¿Le permitirán dirigir un proyecto hacia los propios profesionales de la empresa, con el fin de fidelizarlos, generar la identificación hacia la organización en la que trabajan y hacer que se sientan a gusto en ella?.
Su objetivo es claro: Una persona que se siente cómoda, que se sabe valorada, que la tienen en cuenta, que es informada con transparencia, que es motivada con diferentes métodos, produce más y mejor. Como consecuencia, los beneficios de la empresa aumentan.
¿Aceptará su dirección general dar a conocer las ventajas de la empresa hacia la propia empresa, o acabarán con Ferdinand por remar contra la corriente del pasado, que es la del presente pero no es la del futuro?
¿Si unos y otros desean lo mejor para la compañía, por qué no le escuchan?
¿Como creen que acabará todo esto?
Pocas páginas de lectura me faltan ya. Cuando sepa el final, no duden que les haré partícipes.
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Un libro con un argumento tan real como la vida misma.
ResponEliminaYa nos explicará Ud el final.
Un abrazo
Hola Sonia.
ResponEliminaAl final, las novelas tienen eso.
Tal vez por eso me ha enganchado tanto!
Gracias por estar ahí.
Ha plasmado fenomenalmente y en pocas lineas, este argumento sobre la incongruencia de cientos de organizaciones.
ResponEliminaHay demasiado tecnócrata agarrao a un sillón incapaz de administrar ni la calderilla de su puto bolsillo.
En la complutense hay mucho de esto y cualquier acción estratégica con la plantilla como receptor, también es percibido como un peligro, no como una oportunidad.
¿Lo peor? Los órganos directivos, en mi caso Decanatos y Rectorías, no tienen maldita idea ni de marketing ni de lo que se les plantea ni la humildad para reconocerlo, y así, ¿Donde se espera llegar, Sr. Carlos Berzosa?
Un fan del DOCTOR
(Gracias por repetir entrada en castellano!)
Gracias, Fan.
ResponEliminaHe roto la rutina castellano/catalán por expresa petición de una amiga madrileña, pero que no sirva de precedente!!
Sobre el post y la novela a la que se refiere... Es realmente un grito de impotencia sin arrogancia, a la prepotencia de la ignorancia.
Un saludo, Complutense!
Por la trama, parece que el autor considera a su personaje bastante benevolente, porque yo la habría titulado "Merde, alors!" o "Allez chier!"
ResponEliminaTambién a mi me sorprende Denis Aubin en la descripción que hace de la angustia de Ferdinand.
ResponEliminaEl hecho de que sea la ignorancia del entorno, su verdugo y su mayor enemigo, confiere al relato una sutilidad que lo hace especialmente duro ya que, si todo obedeciera a alguna estrategia premeditada, aún se entendería, pero no es así.
Por cierto, gracias, Einest!
ResponEliminaDr.Marqueting no hay que ser muy listo para saber leer entre lineas. Y viendo lo que esta sucediendo últimamente en alguna organización cercana a la suya la deducción es lógica.
ResponEliminaNo es la primera vez que esto pasa, pero en una organización como la que detalla " À demain" los mediocres consiguen hacer verosimil lo inverosímil y el talento queda postergado por la letanía de los comendadores.
Esperaremos al final de la novela, pero este final ya se ha visto en muchisimas otras e incluso se han hecho peliculas... aunque sean de serie B.
Amigo Anónimo.
ResponEliminaLa grandeza de la literatura es que hace trabajar el cerebro trasladando cuanto leemos, a través del personal imaginario, hacia situaciones "vivenciales".
El audiovisual acota ese imaginario, por culpa de unas imágenes concretas, y resulta más estanco a la interpretación.
À demain plantea una problemática de cientos, miles de empresas en todo el mundo.
Cualquier relación con la vida de uno, es eso: Interpetación... Y por ende, simple coincidencia.
Gracias por seguirme, pero fírmeme usted! Ni que sea para dirigirme a un nombre...
Acá en Perú es igual también.
ResponEliminaVente aquicito, doctor y ashucúrate ya que el patron aun frega más que en España si no andas en la cuerda.
Avelino Sosa
Bienvenido Sr Sosa
ResponEliminaUn placer contar con un seguidor del Perú en este espacio de reflexión, Ciertamente los problemas descritos en la novela no tienen nacionalidad ni fronteras!
Hasta pronto