Hemos entrado en una nueva dimensión de la comunicación.
No por el medio en que se produce: La escritura, si no por la transcendencia del entorno en que se propaga: Las redes sociales.
Facebook, Twitter, Instagram, Flikr, y tantas otras se han convertido en algo más que entornos de intercambio de experiencias e imágenes, como lo eran en sus orígenes cuando unos alumnos de Campus se intercambiaban fotografías de la última movida del “Saturday night fever”.
Whatsapp, Messenger, BB, etc... Se han convertido en foros de conocimiento, y mucho más allá, del conocimiento más íntimo que uno pueda atesorar.
Atrás quedó aquella imagen de quien, para conocer a otra persona con la que coincidía en el autobús, debía estudiar sus costumbres horarias días y días con el afán de intercambiar unas palabras furtivas simulando casualidad, al intentar día sí, día también... coincidir en asientos contiguos.
Hoy todo eso se ha substituido con un nombre y una búsqueda. Un click, y el acceso a la más sutil intimidad con pensamientos, afinidades, gustos, fotografías, direcciones, aficiones y... teléfonos.
En este contexto, los marketers somos bien conscientes que dominar el lenguaje escrito es tanto como conocer el secreto de Excalibur.
En el proceso de comunicación entre personas, “lo que se dice” significa únicamente el 10% del mensaje, el 90% restante es transferido por el timbre, la voz, el vestuario, la mirada, la sonrisa, la gestualización, la timidez, sudoración, titubeo, etc...
Es atroz, lo sé, pero no existiendo el paralenguaje, y contando solamente con “lo que se escribe”, dominar en redes sociales ese único elemento de comunicación te permite dominar el 100% del mensaje y su contenido, y probablemente del éxito.
Un proceso inteligente de seducción escrita sería la búsqueda del contraste (eso rebela a la otra persona), la reciprocidad (tras el pique, se busca la coincidencia), la coherencia (buscando asentar la sensación sobre uno), la adaptación empática (ganando su confianza) y acabar con la singularidad (dar la sensación a la otra persona que ha dado con alguien realmente excepcional).
Peligro, mucho peligro...
Desconfíen de todo y de todos, que envueltos de palabras, se pueden ver un día... envueltos de problemas.
Palabra de galeno.
Nota: Y luego existe lo que se viene a denominar “Química”, y de eso un servidor no sabe nada. Pura magia y empatía que te pilla sí o sí, y aún sabiéndolo, te llevará a mil problemas con tu total aprobación y cara de bobo.
Una imagen dice más que mil palabras , o al menos eso dicen. En estos tiempos que vivimos dónde el amor se señala con un emoticono y la amistad se cuenta por miles (antes las contábamos con los dedos de una mano) es necesario volver al contacto visual dónde dicen está el espejo del alma. Una fotografia puede que parezca esconder la verdad de las personas pero muchas veces, sí sabemos buscar podemos encontrar en ella la esencia de éstas...No todo es malo en las redes sociales. Puedes encontrar magníficas personas y es una manera extraordinaria de rescatar viejas amistades y por qué no, un viejo amor.
ResponEliminaAmig@ anonim@
ResponEliminaMalo? Desde luego que no!! Pero como en todo proceso de comunicación masiva, se debe ser prudente, y sobretodo: selectivo...
Se de personas, habitualmente centradas, absolutamente embriagadas por una ilusión desconocida, que pone en entredicho su propio raciocinio. Contactos envueltos de sensibilidades parejas? Vaya usted a saber!
Gracias por estar ahí
Doctor,
ResponEliminaSoy estudiante de Com Audiovisual.
Hoy he tenido que leer 3 veces tu entrada...
En la primera lectura he pensado: Otro brillante planteamiento de Dr. marqueting y me ha gustado descubrir lo jodido que lo tenían antes los jóvenes para "contactar y descubrir" ya que nosotros hemos pasado directamente del chat del ordenata a las redes sociales portátiles -tengo 22 años-)
En la segunda que eres un peligro al dominar las reacciones de las personas y jugar con ello!
Pero en la tercera, me ciño a tu nota final, y creo que el que ha caido en la trampa de alguna follower y está hecho un liaco a pesar de tus habilidades, has sido tu mismo. Voy bien?
Young observer
Jovencito observador,
ResponEliminaRespuesta a tu primera lectura: Gracias! Me pilló por poco, pero me pilló... Fuí un intuitivo detective para descubrir cosillas de niñas de mi alrededor, pero "analógicamente" costaba lo indecible, te lo aseguro!
A tu segunda lectura: Nunca juego con nadie ni miento on-line, además de despreciable, tarde o temprano sale a la luz. Las técnicas profesionales, si eres legal, las utilizas laboralmente, c'est tout...
A la tercera... La respuesta formaría parte de otro tipo de espacio, rollo MEETIC o BADOO, no te parece? De todos modos y por si acaso, mejor me ato a la silla del despacho. La generación siguiente a la mía, llegais muy fuertes! (y videntes?)
Gracias por seguir este espacio!
pues a mi me place, estimado Doctor, y lo tomo por el lado amable.
ResponEliminaAparte del estimulo de la lectura, quizás esté pronto el retorno de Espronceda gracias a la confirmación de la teoría de Marshall McLuhan en las redes sociales del S. XXI.
le sigue,
un alumno novato
A mi me place su enigmática presencia, alumno novato (que cada vez me lo parece menos...).
ResponEliminaMcLuhan, ya que hace referencia a él, resultaba desconcertante con su ir y venir respecto a sus tesis.
Del mismo modo que me parece un vidente cuando ya hace muchos años aventuró que el medio seria el mensaje (muchos aún no entienden a que se refería y es una obviedad), me parece decadente cuando menciona que la mayoría de las personas viven en una época anterior, pero uno debe vivir en su propio tiempo.
En una época anterior dice el profesor? Yo hace unos días que estoy viviendo intensamente un "pasado mañana" que no sé si alcanzaré a acariciar, ya que no tengo ninguna intención de tocarlo, me conformo con acariciarlo...
Ay!, los comunicólogos... tenemos un punto de pirados, verdad?
Un abrazo,
A mi me pareces todo menos pirado. Me quedo pensativa cada vez que te leo y deberías escribir más!
ResponEliminaAnna Cos
Gracias Anna!
ResponEliminaCuando escribo, intento ser coherente y un pelín transgresor (forma parte de mi). Si hago reflexionar o no, espero q sea para bien!
No dispongo de mucho tiempo para el blog, ya q intento tener presencia en otros ámbitos digitales. Una entrada a la semana... Está bien para no aburriros!
Un beso
Hay veces que las princesas virtuales existen Dr. Y te traen aquello que uno había olvidado, aunque uno no quiera.
ResponEliminaGracias por su blog.
Como ya he escrito respondiendo a otro forero, sea prudente y sobretodo: Selectivo/a.
ResponEliminaSiguiendo esta tesis, jamás, hasta hoy, he caído en trampas digitales.
La red está llena de cantos de sirena y las sirenas, según la mitología, cantaban maravillosamente con la finalidad de atrapar victimas que luego devoraban.
¿Qué hizo Ulises? Cuenta la Odisea que ordenó a sus compañeros que lo amarraran al palo mayor de la nave, de modo que cuando surgiera el canto de las sirenas el lo oyera, pero no pudiera moverse para ir detrás de ellas.
Se de algunos que se atan a esas tentaciones pero lleva tijeras en el bolsillo... Tramposos!
Un placer tenerlo/a ahí
Yo me he quedado sin palabras después de leer los comentarios de los foreros, con citas tan intelectuales.
ResponEliminaPienso que hay que ir con mucho ojo con las redes sociales, que dices y como lo dices, ya que las palabras escritas se pueden interpretar mal, muchas veces debido al estado de ánimos de la persona que las lee, o del grado de maldad que esta tenga.
Lo que está claro, que aunque tengamos que avanzar con el tiempo y las tecnologías, yo sigo contando con los dedos de la mano a mis amigos y, donde se ponga una mirada, una sonrisa o un roce casual...
Un abrazo
Sonia y es un placer leer y que hagas que reflexionemos con tus palabras.
Hola Sonia,
ResponEliminaExiste ya perfectamente combinado el mundo presencial y el mundo virtual. Sumando los 2, vive el ciudadano moderno.
El primero te da cientos de datos con los que poder discernir que es bueno y que no. Que es conveniente y que es peligroso, etc...
En el segundo (tan real como el primero pero a través de las chispas), nos faltan multitud de datos y en cambio nos llegan infinidad de informaciones, y caer en una trampa es terriblemente fácil.
A veces puede ser una trampa malintencionada, pero otras (las más) son cachos de queso que sabiendo que llevan consigo que nos pillemos la lengua, mordemos con la absoluta intención de degustar lo que sabemos puede resultar amargo.
Nadie está a salvo del todo. Se lo aseguro.
Un abrazo