A estas alturas, con espléndidos estudios sociológicos y de tendencias, con todo un mundo 2.0 y 3.0 en nuestras manos, preparados psicólogos y espléndidos profesionales del márketing a nuestro alcance, dejarnos llevar por la pasión es una memez sin paliativos…
Mi propuesta es enseñar a programar el amor perfecto técnicamente, desafiando una de las creencias más sólidas de la humanidad: El mito de la pasión. Espero que disculpen mi osadía…
Es demasiado habitual ver como el amor espontáneo, incontrolable y pasional empieza en una mirada, continua en un altar y acaba entre sollozos y lágrimas en el despacho de algún picapeitos que te marea hablándote de pensiones de alimentos y partición de propiedades.
Ante este panorama, ¿no hay otra salida?
En occidente, hoy, se contabilizan un 40% de separaciones en los 10 primeros años de matrimonio.
Es hora de despertarse y plantearse si vamos por buen camino dejando nuestra razón, corazón y cartera en manos de un azaroso rayo de luz, que todo ilumina y que, sin excepción, se irá apagando o en el mejor de los casos, atenuando…
Si el amor, tal y como lo conocemos, es entrar en un estado de embobamiento e idiotez… ¿Es ese el fin que buscamos a nuestra vida?
Programamos todo “a largo” (educación, trabajo, estabilidad, vivienda, ocio…), y sin embargo algo tan fundamental como el afecto y el amor lo dejamos en manos del azar todopoderoso.
¡Se acabó!
A partir de cierta atracción básica (faltaría más) les formaré para ser la pareja idónea.
La idónea para crear familia. La idónea para alucinar sexualmente. La idónea para establecer una espléndida comunicación. La idónea para el ocio y el negocio: La idónea para perdurar con un amor bien programado y planificado.
Se puede enseñar.
Hay que aprender a soltarse con mesura, probarse sexualmente, descubrirse según unas pautas estrictas, relacionarse sin fisuras, comunicarse… Y en ese proceso percibir inconvenientes para ser corregidos antes del contrato final.
Somos terriblemente adaptables, nos guste o no, y esa adaptabilidad hay que explotarla a favor realizando una buena planificación que subtituya la esclavitud a la que nos someten las hormonas, ya que, lo admitan o no, al final todo lo relacionado con la atracción y amor tiene el fin del apareamiento. ¡Que vulgaridad!
Desgraciadamente, los psicólogos van de bólido tratando parejas que cuando piden consejo y auxilio, ya han agotado todas sus posibilidades de éxito: Simplemente, no eran los seres humanos adecuados para el contrato que firmaron.
Estoy convencido de que tarde o temprano, este relato que parece de ciencia ficción, será una realidad y, tristemente, seremos todos mucho más felices.
Si usted se dedica a invertir “capital riesgo”, apueste por el amor, pero amor bajo demanda.
Les debo dejar, he recibido un mensaje de una nueva amiga en la red, casi desconocida…que me trae de cabeza!
Les debo dejar, he recibido un mensaje de una nueva amiga en la red, casi desconocida…que me trae de cabeza!
Palabra de galeno