dimecres, 7 de novembre del 2012

¿QUE NOS PASA EN LA BOCA?

                                                    Bocas invadidas de tontería

Nos hemos vuelto idiotas.

Tenemos, tanto en el castellano como en el catalán, dos joyas lingüísticas incunables y las estamos, ambas, machacando sin contemplación.
En la totalidad de sectores, pero en especial en el del marketing, la irrupción de los términos anglosajones en el ámbito de los negocios es tan exagerada como ridícula.
Ya sé que no es nada nuevo, y de hecho es una moda tan antigua como el propio vocablo “marketing” pero la extensión cuantitativa y desbocada me exige hacer un llamamiento a la cordura.
No sirve el pretexto de la universalidad o la globalización, ya que en infinidad de casos, la aplicación descontrolada del uso de vocablos ingleses y/o americanos se produce (y se oye) en empresas y entre empresas con nula presencia internacional.
Me harta.
¿Es necesario que me ofrezcan un “fee” cuando me insinúan una mierda de comisión, que además no resulta legal?
¿Cuando hablan de mi experiencia y conocimientos, tienen que marearme con que si mi “know-how” es sorprendente?
¿Con lo sencillo que es hablar de la marca, por que ponen cara de interesantes refiriéndose a la “brand”?
¡Si se han quedado sin un puto euro, que dejen de marear con el “cash-flow”!
¿El director ejecutivo ha dejado de ser humano y se ha convertido en un “replicante” de Blade Runner, y por eso le han cambiado su nombre o rango por las siglas C.E.O?
¿Es necesario cambiar el rey de nuestros vocablos en marketing: Su majestad LA VENTA, para decirme “sale”? ¡No, no salgo!
Yo que pensaba que dependíamos de la satisfacción de nuestros clientes en sentido externo y accionistas en sentido interno, y ahora resulta que todo es cosa de “costumers” y “stockholdens”...
Lo dicho, todos tontos del culo...
Voy a cambiar de táctica, y a partir de ahora cuando me suelten cualquiera de estas estúpidas referencias forasteras, seguiré la conversación en impecable inglés, y con total naturalidad.
Lo más probable es que entonces, mi muy cursi interlocutor (que podría haber dicho “snob” y no lo hago), no entendiendo una mierda de lo que le estaré hablando, me interpelará con un zafio: “¿mande?”
Y lo dejo aquí que tengo una reunión (que no un "meeting"...)
Palabra de galeno.

12 comentaris:

  1. Buenísimo! Hace años que decidí prescindir de tanta "palabrota importada" y utilizar la terminología que para cada uno de estos conceptos tenemos tanto en catalán como en castellano. Y además lo hago con orgullo :-)

    Si nosotros no cuidamos nuestras lenguas, ¿quién lo va a hacer?

    Detrás de tanta verborrea anglosajona a menudo se esconden grandes egos mediocres...

    Salut!

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    1. Tu ultima frase da en el clavo 100%!
      Gracias por estar ahí, amiga mia

      Dr. M.

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  2. Muy cierto! es más, hay palabras inglesas que nos las hacemos nuestras...

    Saludos!

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    1. Y que ni quieren decir lo que pretenden!
      Patético...
      Gracias Mireia

      Dr. M.

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  3. Y la de palabras que te dejas, doc!
    Realmente estamos todos un poco atontaos
    Seguidora total de este espacio

    Anna Cos

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    1. Uff, podriamos hacer el diccionario Empresa/Tontería Tontería/Empresa
      jajajaja
      Beso
      Dr. M.

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  4. Luis: Te veo un poco out tendríamos que hacer un lunch para llevar a cabo un brainstorming sobre el tema…bye
    Juan Pablo S.

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  5. LLuis, No pasa sólo en el mundo de los "Marketingeros": prueba a preguntar a los de Corporate Strategy y a los Project Managers todos son Balanced Scorecards, KPI's, deadlines, inputs, Status Reports y Minutes. Al final llega un momento en que no puedes prescindir de estas palabras. :))) X.X.X. Meri

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    1. Y tanto!!! que pereza, verdad? Esclavos de la tontería!
      Gracias Meri!!!!

      Dr. M.

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  6. Uy, se nota la edad Dr. Mercadotecnia.
    Este es el discurso que largamos al llegar a la punta de la curva de edad antes del tobogán de bajada.
    Tienes toda la razón pero los anglicismos los sufrimos desde hace decenios. Sucede que hoy, con el marketing 3.0 1/4, todo está exagerado por la pereza de ir traduciendo extraños vocablos de veinteañeros tecnológicos.
    En fín, supéralo y bienvenido al club de los senior.

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  7. No en este caso, amigo anónimo.
    De hecho el post tiene su origen de una conversación con un colega de 27 años de origen irlandés y madre francesa que vivía en Francia y que al venir aquí ha alucinado de nuestro apego a cambiar nuestras palabras naturales.
    Ya ves...
    Gracias anónimo!

    Dr. M.

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